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La vida después de un viaje largo (y en medio de una pandemia mundial)

Hoy es 5 de febrero de 2022. Hace casi 4 años que volví de viajar un año por Sudamérica. Hace 4 años que no escribía... ¿por qué?


Empezaré por la primera de todas las razones: la rutina aplastante. Después de volver de un viaje así, la rutina te engulle. Primero fue buscar un trabajo, que encontré después de 3 meses de búsqueda. Un trabajo en el que puse mucha ilusión. Y en el que he trabajado hasta hace pocos meses. Después de viajar tantos meses, vuelves con ganas de rendirte útil de nuevo a la sociedad (aunque en realidad te vuelvas más útil al capitalismo que a la sociedad). La rutina te trae “deberes”, te trae una agenda llena de cosas, pero sobre todo te trae muchas excusas... y por esas excusas dejas de escribir, dejas de crear...


La segunda razón por la que deje de viajar (o por la que viaje menos) fue en gran parte porque mi gran compañero de viaje durante muchos años y yo decidimos separarnos a principios de 2019. Nuestros caminos se separaron, pero nuestros recuerdos de ese gran viaje por Sudamérica han quedado reflejados aquí para la posteridad.


La tercera razón ha sido una pandemia mundial que llego sin avisar y que cambiaría nuestras costumbres, maneras de viajar y hasta de socializar. ¿Que os voy a contar de esa pandemia que no se haya dicho ya? Por suerte, he podido viajar cuando las restricciones, que iban y venían, lo han permitido y he realizado algunos viajes que os quiero contar...



Durante estos 4 años, mucha gente me ha preguntado que hacíamos en nuestros días de viaje, si habíamos planificado el tiempo que estaríamos fuera, donde habíamos estado. No siempre eran respuestas muy conexas. Intentas recordarlo todo y no te sale. Lo cierto es que es más fácil que vengan los recuerdos simplemente cuando la gente hace referencia a cosas que te recuerdan a ciertas anécdotas, a ciertas personas que conociste, a ciertos olores o sabores.


Durante estos años, he recordado lo liviana que una se siente cuando todo lo que se necesita está en una mochila de 10kg, lo liviana que una se siente cuando no tienes que planificar tu semana un lunes, o tu mes cuando este empieza, sino que sigues adelante y vas a donde te apetezca.



Sigo aquí escribiendo y me doy cuenta de que no he llegado a lo que os quería contar... después de un viaje así, se vive con nostalgia, pero sabiendo que has hecho algo de lo que nunca te arrepentirás. Se vive sabiendo que el tiempo y dinero que invertiste en ese viaje fue la mejor inversión hecha en tu vida, se vive sabiendo que has visto y experimentado cosas únicas.


No puedo decir que la vida parezca más ligera ahora que hace 4 años, porque la rutina ,como decía antes, te engulle, porque seguimos en una pandemia mundial y los problemas del día a día te absorben, pero puedo decir que estos años he vivido sin arrepentirme de haber puesto "en pausa" mi vida durante un año. Y que, si algo es más ligero hoy que entonces es el saber que realicé algo que siempre quise hacer, que la mochila de 10kg, una que estaba llena de miedos, se quedó en Sudamérica y que otros muchos miedos que tenía antes de irme, los he ido y trato de ir superándolos. Invito a todo el mundo que se lo pueda permitir a hacer un viaje de este tipo, que, si mental, física y económicamente se lo pueden permitir, no se lo piensen dos veces. No se arrepentirán.


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Las fotos son de viajes hechos en 2019 en dos de mis ciudades preferidas, ilustrando lo bella que puede ser la vida si dejamos de lado nuestras "mochilas"...


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