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Sicilia parte III: Agrigento, sus templos y alrededores + bonus Enna y Caltanisseta

Nuestro día de “viaje” entre Catania y Agrigento estaba planificado para conducir de forma tranquila por el centro de la isla. Habíamos dormido poco, ya que habíamos acompañado a Clara al aeropuerto de Catania a las 4 de la mañana.


Primera parada: Enna. Lo que me sorprende al llegar a Enna es la cantidad de coches y movimiento en un domingo. Son las 11 de la mañana y los beatos van a misa. No veía tal procesión de gente yendo a misa desde hace años en las fiestas de mi pueblo u otras fiestas. Se nota que los sicilianos son religiosos y siento no estar acostumbrada a esas tradiciones más.


Enna ciudad
Enna desde lo alto

Hacemos una parada de un par de horas para visitar el Castillo para luego dirigirnos de camino a Caltanissetta.


En el camino de Enna a Caltanissetta se me ocurre enviar un mensaje a mi amigo Davide, ya que sé que parte de su familia viene de ahí. Davide se pone en contacto con sus primos que, en un intercambio de mensajes de menos de una hora, nos preparan un comité de bienvenida desde el balcón de la casa del primo del padre de Davide. Toda una familia de sicilianos nos saluda simpáticamente desde el balcón para darnos la bienvenida a esta ciudad del centro de la isla. Es domingo y Paula y yo no queremos interrumpir las actividades familiares, aun así, Luciano, el primo segundo de Davide, nos acompaña a un lugar para que almorcemos, nos explica las cosas que ver en la ciudad y nos paga la comida (no hay manera de rechazar todas esas atenciones): en Sicilia no se negocia con la hospitalidad. Aún es más, Luciano va a seguir escribiéndome durante varios días para saber si nuestra estancia en Sicilia va yendo bien, para saber por dónde nos movemos y si necesitamos algo, y decirme en no dudar en contactarle en caso que hubiese algún problema. Está claro que esa gente del sur está hecha de otra pasta.


Caltanisseta Sicilia italia
Caltanisseta

Al llegar a Agrigento, nos recibe en nuestro B&B el propietario que nos indica que no nos perdamos la oportunidad de visitar los templos griegos con el atardecer. Estamos cansadas, sudadas y un poquito sucias, pero, aun así, recogemos energía y nos vamos caminando desde el centro de la ciudad hasta los templos. El camino no es muy agradable pues es parte de carretera y no hay acera y no se entiende muy bien donde hay que caminar como peatón, pero al final después de caminar una hora llegamos. ¡Que espectáculo! Agradeceos al chico del B&B por su recomendación, la luz en los templos es espectacular, de un lado el mar y del otro la ciudad. Poco a poco el sol del atardecer se va poniendo, dejando paso a los naranjas y rojos para finalmente adentrarse en la penumbra y dejar que las luces muestren todo el esplendor de los templos. Los griegos sin duda sabían lo que hacían al situar los templos en un alto, desde donde podían avistar a los invasores, controlar sus campos agrícolas y observar un precioso atardecer como aquel.


Valle de los Templos  Agrigento - Valle dei templi
Valle de los Templos

El Valle de los Templos (en italiano Valle dei Templi) de Agrigento se comenzó a construir a partir del año 580 a. C. en el territorio que se conoce como la Magna Grecia, todos los templos del valle fueron construidos con posterioridad a esta fecha y están considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1971​.


Templo de la Concordia Agrigento
Templo de la Concordia

Comprende una amplia zona sagrada en la parte sur de la antigua ciudad donde se construyeron, durante los siglos VI y V a. C., siete templos griegos. Actualmente excavados y en parte restaurados, constituyen parte de los edificios griegos más antiguos y mejor conservados fuera de la propia Grecia.


Los templos mejor conservados son dos edificios muy parecidos, atribuidos tradicionalmente a las diosas Juno Lacinia y Concordia.

Templo de la Concordia  por la noche
Templo de la Concordia

Después de visitar el Valle de los Templos, estamos rotas. Sigue haciendo calor, pero hay mucho ambiente en la ciudad y decidimos dar una vuelta para tomar un aperitivo y comer algo. Después de caminar un poco por la calle principal, encontramos "nuestra mesa". Después de una copa y de unas risas nos damos cuenta que día ha sido intenso, pero ha merecido la pena. Tenemos un grupo de sicilianos en la mesa de al lado que nos empiezan a hablar y luego otro grupo a otro lado. Por fin socializamos con sicilianos en un bar. Uno de los chicos nos da muy buenos consejos de cosas que hacer en las cercanías. Esos consejos nos van a servir de mucha ayuda en los siguientes días de nuestra estancia en los alrededores de Agrigento.


Gracias a los consejos del chico siciliano pasamos los próximos tres días visitando playas sicilianas. Pero no sin antes dar un paseo por la ciudad de Agrigento en donde en un par de horas, un señor nos invita a su casa y otro nos quiere acompañar hasta la Catedral porque él conoce el mejor camino que no viene en los mapas. Empezamos a creer que los sicilianos les encanta enseñarnos su isla y necesitan charlar.



Nos alojamos en un pueblo muy pequeño a las afueras de Agrigento (Giardina Gallotti). Al que para llegar se conduce por carreteras estrechas de grandes subidas, el pobre Fiat 500 lo tiene duro para llegar y yo también. Pero las vistas desde lo alto del hotel merecen la pena. Se ve el mar a lo lejos. Gozamos de una piscina (la primera y la única de nuestro viaje) y estos días van a ser los más relajantes de nuestro periplo.


Y el sentimiento de ser unas de las pocas turistas del lugar, se agrede tanto. Nos sentimos parte del lugar.


Giardina Gallotti vistas
Giardina Gallotti

Pasamos dos días bañándonos, paseando por las playas de Giallonardo y Le Pergole. Observando atardeceres que quitan el habla (y con tan solo un puñado de gente en la playa – la ventaja de viajar en septiembre tal vez). Ambas playas son altamente recomendables. Se necesita un coche para llegar, pero merecen mucho la pena.



La última parada en esta parte de la isla, la hacemos en La Scala dei Turchi. Uno de los monumentos naturales más famosos de la isla que forma un precioso acantilado de color blanco debido a su gran contenido en cal. Su característica más peculiar y distintiva es su gran parecido con una escalera, la cual ha sido forjada por la erosión del viento y del mar a lo largo de los siglos. Sola la podemos ver desde un punto de observación. En aquel momento se encuentra cerrada a la visitas a pie.


La Scala dei Turchi Sicilia
La Scala dei Turchi

Terminamos esta parte del viaje para dirigirnos a Palermo donde pasaremos los últimos días de nuestro viaje. Sin duda en esta parte del viaje es donde mejor me he sentido, donde más conectada me he encontrado con la gente de la isla y donde más relajada me he encontrado. Ritornerò.



Video del dúo Colapesce Dimartino que habla y está grabado en esta zona de Sicilia



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